Aire Libre
La Reserva Ecológica estrena una playa de arena natural y un paseo
Durante la semana, la Reserva Ecológica Costanera Sur es territorio copado por chicos. En los días más tranquilos, las escuelas aprovechan para hacer visitas al inmenso pulmón verde ubicado a pocas cuadras del Centro de la Ciudad: ayer no fue la excepción. Bañados en repelente, con sombreros y bebidas frescas, los chicos disfrutaron del avistamiento de aves, tomaron sombra junto a los ceibos y quedaron entusiasmados con la playa de unos 300 metros que descubrieron casi al final del paseo.
Porque una de las sorpresas al llegar a un mirador frente al río es la aparición de una playa de arena natural que quedará inaugurada hoy.
En ese extremo de la Reserva hubo durante décadas una masa informe de hierros, mampostería, adoquines y basura. Fue parte de un plan fastuoso e inconcluso: en los ‘70, sobre estas tierras ganadas al río, se pensaba construir la sede de una “ciudad administrativa”, donde funcionaran los tribunales y diferentes áreas de gobierno. Justamente ese relleno es hoy el corazón de la Reserva, son sus caminos interiores, su hábitat y lagunas: de los Coipos, Patos y Gaviotas.
Lo que hizo el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño es recuperar el frente costero: básicamente los restos de obra y escombros se utilizaron para armar tres escolleras, que bajan la intensidad y la fuerza con la que llega el agua hasta la orilla.
«Ganamos un espacio al río que hoy es una playa y pusimos en valor el Paseo de la Rambla. Son dos obras muy visibles que todos los vecinos pueden disfrutar y, al mismo tiempo, conocer la diversidad de flora y fauna que nos rodea”, resumió Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público.
“Nunca se había hecho un trabajo de consolidación de la costa. Ahora ingresa el agua con sus nutrientes, lo cual reconstruye el hábitat”, explicó Germán Ausina, gerente operativo de la Reserva.
Los trabajos arrancaron en septiembre y al poco tiempo descubrieron que comenzaba a entrar arena, además de piedras pequeñas y canto rodado. A tal punto que ayer, en la recorrida por el lugar, el calzado se enterraba en la arena blanda. “Y poco a poco comenzó a cambiar también la vegetación, porque ya se empezó a reproducir el junco que forma parte del hábitat de la costa del Río de la Plata”, se entusiasmó Ausina.
En la playa colocaron 14 mesas con bancos y 6 bancos tipo plaza.
Por otro lado, plantaron especies autóctonas. Y además construyeron un lecho de adoquines -de los antiguos, que se habían encontrado ahí- para contener la creciente cuando hay sudestada.
“Realizamos mejoras cuidando el espíritu del lugar. Es increíble que a minutos del Centro tengamos este oasis natural”, indicó Macchiavelli.
En el parque lineal de cara al río, hay un pequeño bosque de ceibos, con sus troncos ondulados. Entre mayo y agosto, su floración roja es casi una postal. Ayer, uno de ellos comenzaba a dar sus primeros brotes.
Según información oficial de la Reserva, en lo que va del año, se registró el ingreso de 170 especies de aves y esperan llegar a mas de 300 para diciembre.
“Han regresado cisnes de cuello negro. La cantidad de especies y el regreso de algunas que se habían ido muchos años atrás indican que la calidad ambiental ha mejorado. Es un orgullo”, contó uno de los colaboradores de la Reserva. Hay además 18 especies de mamíferos, 28 de reptiles, 22 especies de peces y 644 especies de artrópodos (insectos y arañas, entre otros).
“Nuestra idea es trabajar con el menor impacto en el medio ambiente. Por eso, reorganizamos el terreno que estaba sobre la playa para generar una escollera, sumamos plantas y árboles nativos. Y procuramos que una zona tranquila para la fauna”, agregó Macchiavelli.
Además se trabajó en el Paseo de la Rambla, de 600 metros. Estuvo cerrado desde 2012, cuando una gran sequía dejó sin agua la Laguna de los Coipos. Por eso, muchos entraban a la reserva sin respetar los ingresos formales (altura de Rosario Vera Peñaloza y de Grierson). Se decidió cerrar la parte baja, al nivel de la laguna. Reabre mañana (de martes a domingos de 10 a 17): con paredes (piedra Mar del Plata) y pisos renovados, 16 bancos de estilo romano, rejas similares a las originales (las que se ven a la altura de la calle) y tachos de basura de estilo antiguo.
Hay 8 entradas en el Paseo y 4 en la Glorieta. Abren 3: los extremos y una en el medio.
Los vecinos verán una alfombra verde: una cubierta de plantas acuáticas conocidas como “acordeón” y “repollitos de agua”.
Ya sin incendios, la Reserva se convirtió en un paseo ineludible. En 2016 la visitaron más de 1 millón de personas. Con estos cambios, esperan seguir atrayendo visitantes.
Visitas:
La Reserva está abierta de martes a domingos, de 8 a 18. Se organizan visitas para escuelas, visitas nocturnas a la luz de la luna llena y visitas para público en general, los días sábados, domingos y feriados. Información e inscripción: visitasguiadas_recs@buenosaires.gob.ar
NR
Fuente: Clarín