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Extravagante cena oculta en Puerto Madero: por $ 240 mil, un viaje para comer entraña en el espacio y langostinos en la playa
Es una experiencia inmersiva que atraviesa 10 escenarios.
Hay 16 personas sentadas alrededor de la mesa. En las paredes se proyectan imágenes de relojes y edificios antiguos. Un camarero a quien no le conocemos el rostro (está enfundado en un mono negro y lleva puesta una máscara de gallina) picotea la cabeza de una de las comensales que filma un video que seguramente subirá a Instagram. Onírica y por momentos, delirante: así es la experiencia de Frenessí, la cena show que invita a hacer un viaje virtual en una locación oculta de Puerto Madero.
El formato nació en Bogotá, Colombia, de la mano del Grupo Seratta, una empresa gastronómica de alta cocina reconocida en ese país que desembarcó en Argentina a fines del año pasado. La velada dura tres horas con un pequeño intervalo. Al concepto lo llaman cocina “tecnoemocional” porque fusiona la tecnología con gusto y olfato.
Los comensales son guiados por el maestro de ceremonias que los transporta a diez mundos diversos, pasando por la selva, las montañas, la playa, el espacio y otros recovecos del planeta. Los platos son acompañados con imágenes 360° reflejadas por ocho proyectores que iluminan la sala por completo. De piso a techo, incluyendo la mesa donde se degustan los diez pasos propuestos por la experiencia Above and Below 1.0.
Cómo es Frenessì Buenos Aires
Para participar de esta experiencia donde se involucran múltiples sentidos es necesario sacar una entrada, como si se tratase de una obra de teatro o de un ticket para ir al cine. Se hace mediante la página web (www.frenessi.com) y se abona un depósito, el saldo se puede pagar en el lugar. En ese momento, se completa un formulario donde hay que avisar si el comensal es alérgico o intolerante a algún alimento. También, en este momento, se decide si el menú es con o sin alcohol.
El menú que se encuentra activo en este momento pero que se actualizará a otros mundos para cambiar la propuesta y quien quiera repetir la experiencia, se llama «Above and Below» y cuenta con diez pasos: 8 pasos salados y 2 dulces, cada uno de ellos maridados con un cóctel, una copa de vino y de espumante. El menú cuesta $ 240.000 por persona.
En la entrada, el servicio de valet parking, incluido en el precio, recibe el vehículo, si es que el visitante así lo requiere. La bienvenida la da el gerente, el host y el maestro de ceremonias que invitan al cliente con un vermú mientras se espera que los comensales lleguen.
Como sucede con las obras de teatro, la idea es que entren los dieciséis comensales juntos y se sugiere ir al baño antes de comenzar para no perderse ningún detalle de la experiencia.
Bajo el formato de los bares speakyeasy, (escondidos) tras el paso por un pasillo con luces led que simulan un túnel se abre la puerta donde la magia sucede.
Un fondo negro con estrellas invade la visual de los comensales que son invitados a sentarse en su lugar que es fácil de ubicar ya que el nombre de cada uno está “escrito” en la mesa.
Música suave y acorde a cada momento acompaña la travesía. El maestro de ceremonias explica cómo será el evento y los mundos por los que harán viajar a los curiosos comensales. Y el ilusionismo comienza. Los celulares de los visitantes capturan imágenes continuamente porque es una cena altamente instagrameable.
De repente, cuatro camareros se hacen presentes y bajan los platos al unísono. De un lado y del otro. La mesa está servida e iluminada.
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Es así que los comensales se transportan por un viaje de casi 3 horas desde la Patagonia argentina a la selva misionera; del cielo al fondo del mar y del espacio a la playa, entre otros. Durante el recorrido se siente frío y calor; se pasa de la noche al día y de un lugar a otro, a través de juegos de imágenes, luces, sonido y aromas.
Collares de flores y anteojos flúo de sol son parte del show y hace que los comensales se diviertan y bailen al ritmo de música playera. Otro momento diferente de la noche es cuando los camareros hacen su aparición entregando los platos con máscaras de osos, gallos y cabras.
Qué se come en Frenessì
La carta no existe en Frenessì Cada menú está pensado y diseñado exclusivamente para cada escenario. Se trata de cocina de autor, molecular y futurista. El menú de pasos fue diseñado por Juan Camilo Rico, chef corporativo del Grupo Seratta, junto con el apoyo de otros chefs que cuentan en su haber con estrellas Michelin y Soles Repsol. Mauro Belot es el chef ejecutivo de Frenessì Argentina, quien recibió capacitación en Bogotá e incluyó los gustos del paladar argentino y los insumos según nuestra geografía.
Cada bocado del menú tiene sabor umami (palabra japonesa para describir a uno de los cinco sabores básicos, junto con el dulce, ácido, amargo y salado). Las espumas están muy presentes, los colores poco clásicos como rosa o celeste participan de las mismas; las texturas diversas son llamativas. En los platos de Frenessì se aplican múltiples técnicas gastronómicas. El nitrógeno tiene un papel clave generando humo y sensaciones extravagantes.
De las diez bajadas de platos, -todos muy logrados- algunos son pequeños y otros más cumplidores como el del espacio que es una entraña madurada y macerada en chimichurri, acompañada con papas rusa con geles de arvejas, zanahorias y alioli. También tiene puerro al rescoldo y caviar de salsa criolla.
El menú de la playa no se queda atrás con los langostinos a la plancha con aceite de ciboulette, leche de pantera, arena comestible crocante de coco y semillas y espuma de coco y miel.
Carnes como trucha, conejo, rana, pato, atún rojo y ostras son parte del menú vigente. Los pasos dulces son dos: el último lo prepara en vivo y en directo el equipo de cocina de Frenessì sobre la mesa, con pinceladas dulces de salsa toffee y frutos rojos. Cabe destacar que los platos “no son puro humo”, terminada la experiencia los comensales quedan satisfechos.